Ondas sonoras provenientes de un meteorito. ¿O es el ruido de un camión?

La exploración del cosmos continúa, y aunque cada descubrimiento pueda desafiar nuestras expectativas, nos acerca un paso más a comprender el vasto y misterioso universo que nos rodea.

Área geográfica de interés, con la ubicación del sismómetro AU MANU y del meteorito especificada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Crédito de la imagen: Amir Siraj, Abraham Loeb.

La búsqueda de señales de vida extraterrestre ha fascinado a la humanidad durante siglos, y cada hallazgo potencial despierta un nuevo nivel de emoción y especulación. Sin embargo, en ocasiones, lo que parece ser un descubrimiento trascendental se desvanece en la fría luz del análisis científico.

Hace una década, los satélites estadounidenses captaron un evento inusual: el impacto de un objeto desconocido contra la Tierra, cerca de Papúa Nueva Guinea. Este evento, aparentemente insignificante en ese momento, se convirtió en el foco de atención del respetado astrofísico Avi Loeb, conocido por su incansable búsqueda de pruebas de visitas extraterrestres.

Fuente: https://sobrealiens.com

El año pasado, Loeb se lanzó a una misión para recuperar posibles restos de este misterioso meteorito, denominado IM1. Aunque se recuperaron algunas esferas misteriosas con un trineo magnético submarino, un nuevo estudio liderado por la Universidad Johns Hopkins ha arrojado dudas sobre la naturaleza extraterrestre de estos materiales.

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La investigación de Johns Hopkins sugiere que las ondas sonoras que se pensaba que provenían de la bola de fuego del meteorito en 2014 probablemente eran simplemente vibraciones de un camión circulando por una carretera cercana. Benjamin Fernando, sismólogo planetario de Johns Hopkins, explicó que las características de la señal eran consistentes con las de un camión, no con las de un meteorito.

Este descubrimiento ha planteado serias interrogantes sobre los hallazgos anteriores de Loeb y su equipo, quienes creían haber recuperado materiales relacionados con civilizaciones extraterrestres. Según Fernando y sus colegas, la suposición de que los materiales encontrados en el fondo del océano eran de origen extraterrestre se basaba en datos malinterpretados. Además, el equipo no encontró indicios de ondas sísmicas procedentes del meteorito.

Aunque este resultado pueda parecer decepcionante para algunos, subraya la importancia de mantener un enfoque crítico y basado en evidencia en la búsqueda de vida más allá de nuestro planeta. La exploración del cosmos continúa, y aunque cada descubrimiento pueda desafiar nuestras expectativas, nos acerca un paso más a comprender el vasto y misterioso universo que nos rodea.